sábado, 23 de mayo de 2015

A mi heroína



Sé que mi infancia no habría sido igual sin tu apoyo. Tú nos enseñaste el valor de las insignificantes y diminutas cosas que nos rodeas, pese a no tener la obligación de hacerlo, después de todo podrías haberte limitado a ser una tía paterna del montón, pero no lo hiciste. Al contrario, cuidabas de nosotras los viernes, nos enseñabas a apreciar el mundo y a las personas, sin perder la esperanza en ellas. Aunque el cáncer te impidiera hacer mucho más, salías de la quimioterapia por las mañanas y nos recogías para llevarnos a merendar a cualquier lugar, no importaba donde, simplemente merecía la pena por observar tu sonrisa luchadora y por degustar tus infinitas comidas en las que pasabas horas decorando, tampoco te importaba mucho cuántas.
Cuando el cáncer aumentó,no pudiste seguir saliendo de casa tantas veces como hubieras querido, pero aún así luchabas por no tener que tumbarte en la cama sin poder moverte. En estos últimos años seguías  manteniendo tu espíritu luchador y tus ansias por aferrarte a la vida, enseñándome que ni un simple cáncer te puede parar si tú se lo impides, lástima que cuatro sí lo hagan...
En un día como hoy, hace un año, te despediste de todos mostrando en esa última semana tu mejor sonrisa y conversando con nosotros sobre cualquier estupidez como si no estuviera ocurriendo nada malo, al fin y al cabo querías dejar claro que aquel no era un simple adiós.
Tú me enseñaste a crecer, a pensar, a amar la vida... a ser yo.
 Por todo lo
 que has sido  y lo que eres en nuestro recuerdo, por todas las lecciones de vida que hemos aprendido gracias a ti y por tu fuerza, valor y cariño, quiero decirte que, si bien no sé si estás en tu cielo, en otra dimensión o si has dejado de existir definitivamente, te doy las gracias por todo lo que has hecho por mí. Espero llegar a ser la persona que querías que fuera y que con suerte consiga parecerme a ti, por difícil que pueda parecerme ahora. 
Mi vida ha dejado de tener el mismo sentido desde tu partida, pero espero ser lo suficientemente fuerte como para aceptar que esto no es un sueño, si no la vida real, y que hay que seguir luchando te guste o no lo que pase. Al fin y al cabo, esto es lo que tu hiciste.
Hoy, 1 año después, te prometo que lo intentaré. 





















































































































































































































































































































































































































































































































































No hay comentarios:

Publicar un comentario